Brienz un pequeño pueblo suizo que fue evacuado el pasado mayo se ha salvado de ser borrado del mapa por un deslizamiento de un millón y medio de toneladas de rocas. La masa de rocas ha quedado a "un pelo" de la aldea y "se detuvo justo antes" de la localidad, dijeron las autoridades. "La seguridad todavía no está garantizada. Tenemos que vigilar los movimientos de la masa rocosa en los próximos días",explicó Andreas Huwiler, geólogo,que estimó que hay "muchas posibilidades" de que los habitantes puedan volver a sus casas
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