Esta semana se celebró la segunda (y sobrevenida) subasta de interrumpibilidad eléctrica. Como contaba en mi entrada anterior, Europa exigió que los derechos de interrumpibilidad de las empresas se adquirieran por medio de subasta y no a un precio fijo como se hacía hasta ahora. El uso de la subasta llevó a un ahorro para el Estado en la compra de estos derechos de casi 200 millones de euros pero también dejó fuera a empresas que tradicionalmente gozaban de este subsidio encubierto. Más información:
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