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¿Pasa algo por el mundo?

La voluntaria animalista Evgenia Mijailova, con quien me dirigía a Mariupol, paró el coche y en silencio liberó la parte trasera del coche, quitó los transportines para gatos e invitó a los pasajeros. “Vamos varias veces a la semana de Mariupol a Volodarsekoe para hacer la compra. Hay que andar 25 kilómetros en cada dirección. No se puede hacer nada, es la única tienda que funciona en toda la zona.

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