Un residente en Eivissa se vio obligado el lunes a desplazarse desde el aeropuerto de Palma hasta el Hospital Son Espases separado de su hija de 11 años, en dos taxis distintos, por la negativa de los conductores a que fueran juntos en un mismo vehículo. Uno de los taxistas justificó que las medidas de seguridad para evitar la expansión del coronavirus les obliga a cargar una sola persona, pero obvió que el Gobierno central permite que, como excepción, los menores y ancianos puedan viajar acompañados de un adulto.
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