Un aerolito libre, un lobo sin dueño, un artesano de ternura y rebeldía. Hace cincuenta años, en 1969, salió a la luz Amapolas y espigas, su primer disco. Y desde entonces no ha cesado de producir poemas y canciones que van a la médula de los sentimientos y de la conciencia social. “No solo cambiar la Historia, sino la vida”, afirmaba en 1977, en una entrevista de Eduardo Haro Ibars para la mítica revista Triunfo.
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