Un joven de 20 años, de la ciudad japonesa de Himeji, fue bautizado por la prensa local como ‘okupa invisible’ o ‘ninja’ (por su capacidad para desaparecer), después de haber logrado residir en la casa de una mujer durante seis meses sin que ella se percatara de su presencia. La estancia del ‘huésped caradura’ llegó a su fin a mediados de mayo, cuando el hijo de su anfitriona, de 90 años, fue a visitarla para preparar la cena.
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