Hace media vida no sabíamos lo que era el bullying. Pero doy fe de que existía. Con once años realicé mi primera inversión en salud y belleza, lo recuerdo bien: sacrifiqué parte de mi paga semanal para comprarme un sujetador. Salió de mis ahorros porque era algo que intuía que necesitaba, pero no me atrevía a pedírselo a nadie.
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