El fallecimiento desencadena fuertes protestas en varios barrios de la Línea. Tras conocer la muerte de Morodo, un grupo de hombres que se encontraba en la playa de la Línea plantó cara a los agentes de la Policía Nacional, que se vieron obligados a disparar al aire, lo que desató las revueltas en la zona, lanzamiento de objetos y emboscadas. "Un asedio a la policía en toda regla, que se fue agudizando a medida que se conocía que había muerto Morodo", destacan las fuentes policiales. Los altercados llegaron incluso hasta la misma frontera.
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