A primera vista, Ángel no es más que un anciano de 78 años, frágil, marcado por las arrugas naturales de su edad. Al verlo bajar por la calle Burgos hasta la redacción de eldiario.es en Cantabria, vestido con vaqueros y un jersey azul marino, pasa totalmente desapercibido. Pero la vida de Ángel es peculiar. O al menos, no muy habitual. Ángel es cooperante, no a tiempo parcial sino a vida completa. En 1971, con 33 años, abandonó su Hernani natal, dejó el banco en el que trabajaba y se marchó a África. No se equivó.
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