Pero la decisión de retirar los semáforos tiene más implicaciones de lo que puede parecer en un primer momento. El consecuente aumento de la velocidad máxima permitida de 50 a 70 km/h, que tener un efecto llamada entre los conductores, implica ya de por sí un mayor nivel de ruido y contaminación del aire en la zona. Es decir, consecuencias socioambientales de gran relevancia que también deben tenerse en cuenta, habida cuenta las miles y miles de personas que viven en los márgenes de la A-5.
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