Con el súbito ascenso de Vox –que tanto predicamento tiene en muchas comisarías– y su alianza andaluza con PP y Ciudadanos para desbancar a la izquierda, la mafia policial de Palma de Mallorca –imputada en los juicios del caso Cursach– está recuperando fuelle y ha vuelto a las andadas de su modus operandi anterior: acosar, amenazar y acusar falsamente a los denunciantes de sus abusos.
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