En su estrategia para tumbar al Gobierno, arrojándole incluso los muertos a la cara, la derecha no repara en gastos de amoralidad. Lo hicieron con las víctimas de ETA o con las de los atentados del 11-M, así que a estas alturas no debería sorprendernos, pero quizás por las dimensiones colosales de este virus, algunos creímos que nunca se atreverían a culpar de muerte e infecciones directamente al Ejecutivo y a su ideología progresista. Ingenuos/as La última ocurrencia de esta derecha matona -no por simple, menos peligrosa ...
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