Ante la posibilidad de que su negocio sea regulado, Airbnb emprende una campaña de lavado de imagen en Madrid. En esta, pretende convencer a Manuela Carmena y Cristina Cifuentes de que son "buenos socios para las ciudades" e incluso llegan a afirmar que, gracias a ellos, se evitan desahucios. La realidad es que, cada vez más, los vecinos tienen que mudarse porque el casero les sube el precio. Y Airbnb no es la única causa, pero tampoco ayuda.
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