El Gobierno anunció ayer que planea crear carriles para vehículos autónomos en una red de autopistas que conectan las regiones de Tōhoku, al norte, y Kyūshū, al sur, para el 2033. Es parte de las medidas para afrontar la escasez de trabajadores y cuellos de botella logísticos. Se creará un carril en algunas secciones en el año fiscal 2024. Se permitirá circular a camiones con conducción autónoma de nivel 4 (sin conductor bajo ciertas condiciones). Y planea crear en 10 años 50.000 km de rutas de vuelo para drones sobre ríos y líneas eléctricas.
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Querer combinar la tecnología de vehículos autónomos (al nivel de no gran madurez como la que aún presenta) con la interacción en carriles de vehículos dirigidos por humanos, con todo el tipo de reacciones inesperadas que pueden existir y con todo tipo de otras situaciones totalmente caóticas que pueden ocurrir en una carretera, es una lucha que la considero casi absurda y que sólo servirá para atrasar más la implementación de estos vehículos autónomos.
A ver qué tal sale esta iniciativa a Japón. Confiemos en que sea positiva.