Indudablemente, la declaración por ISIS del califato y su aspiración de extenderse por todo el mundo islámico contribuyen a hacer que todo el mundo pierda el sueño. Ningún atentado con bomba, ningún 11S para entendernos, está en condiciones de derrocar a un Gobierno, pero una fuerza militar organizada con motivación y recursos financieros dentro del escenario caótico que es una guerra civil está en condiciones de dar una sorpresa definitiva a un Gobierno corrupto o incompetente.
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