La Dirección General de la Policía prepara un plan para prevenir estos casos. El borrador de protocolo de la DGP apunta precisamente que “en el caso de aquellos policías “que presenten patologías de índole psíquico, hayan protagonizado una tentativa de suicidio o mostrado indicios de voluntad autolítica”, se efectúe una “propuesta cautelar de retirada de armas de fuego, oficiales y particulares”, además de “procurar una adecuada valoración de la capacidad laboral”.
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