Noelia se emociona al otro lado del teléfono cuando le comunican que Glovo tiene la intención de cerrar la cocina fantasma que desde hace diez meses convierte el día a día de su familia en un infierno. 12 cocinas industriales pared con pared con el colegio al que van sus hijas. Juan (nombre ficticio para garantizar su anonimato) también lo celebra: trabaja dentro de las instalaciones y califica como "insostenible" la situación de puertas para adentro.
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