La opinión pública lusa, atónita ante la voracidad recaudatoria de la Agencia Tributaria.La Hacienda de nuestro país vecino embargó cuatro pasteles y bollos a un restaurante para saldar una deuda tributaria.El local había acumulado obligaciones por 92.000 euros en concepto de impuestos y tasas que no había abonado. La sanción impuesta permitió recuperar parte del dinero, pero la incapacidad de pago del restaurante animó a la Agencia Tributaria de Portugal a incautar cuatro piezas de repostería, valoradas en 1,2 euros en total.
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