Las acusaciones señalan a responsables de la Federación Afgana de Futbol, incluido su presidente, Keramudin Karim. Están tratando "el tema para no perjudicar a las víctimas" junto con "entidades acreditadas en temas de derechos humanos". The Guardian publicó los testimonios de una excapitana de la selección, Khalida Popal, que huyó del país en 2016 después de recibir amenazas de muerte. Estos abusos sexuales habrían sido cometidos dentro en las instalaciones de la federación, así como durante una concentración del equipo en Jordania.
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