El informe del FMI filtrado tres días antes del referéndum griego es el nuevo dolor de cabeza de Ángela Merkel, Wolfgang Schauble y Martin Schultz, que la semana pasada expulsaron de la reunión de los ministros de finanzas de la UE a Yanis Varoufakis, el representante heleno, por rechazar de plano continuar con la receta de los planes de austeridad. Ahora Schultz, Merkel y Schauble deben tener noches de pesadilla. La pesadilla de tener que hacer lo que negaron tanto tiempo: aplicar los recortes a la deuda helena que la troika ha esquivado.
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