Los nuevos puritanos también proclamaron entonces que la diosa Pachamama nos castigaba por llevar «un estilo de vida neoliberal», si me permitís usar la jerga delirante de Íñigo Errejón. Si el cambio climático es un paradigma científico (que necesita de una acción política y empresarial muy decididas), no vale envolver sus efectos con esas mitologías que orbitan en torno al castigo de Dios. Los dioses, como sabemos, siempre exigen un sacrificio. Es de suponer que el que nos demandará ahora la nueva inquisición...
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