Así era Kiko en 2011. Ahora ha perdido muchos kilos. Está enfermo de tuberculosis, deprimido y es drogadicto. Este malagueño lleva 2 años y medio recluido en muy malas condiciones en una cárcel boliviana. Fue detenido en el aeropuerto cuando transportaba droga hacia España. Con una condena de 8 años, todavía le quedan más de 5 en la prisión de Palmasola, una de las peores del mundo. La familia no deja de enviar dinero porque en Palmasola hay que pagar por dormir, por comer, por todo... Es un centro corrupto con 5.000 presos
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