Casi un tercio de los estimados 350.000 empleados del sector electrónico de Malasia sufren de condiciones similares a la esclavitud moderna, según un estudio financiado por el Departamento de Trabajo de Estados Unidos. Varias multinacionales de EE.UU., Europa, Japón y Corea del Sur tienen operaciones en Malasia, incluyendo Samsung, Sony, Inter y Bosch. El gobierno de EE.UU., que respalda el informe, prohíbe la importación de artículos fabricados con trabajo forzado.
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