Actualidad y sociedad
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Del ocio al paro

(...) Ocurre algo parecido en nuestros días, cuando las víctimas de la ultimísima crisis ya no bajan derechas al sótano del paro, sino que se detienen en ese entresuelo llamado “el ERTE”. Si el paro era el infierno, el ERTE es el purgatorio: duele, pero no tanto, y se entra en él con la promesa de que se saldrá en breve. Por supuesto, no hay color entre el ERTE y el despido libre que defienden Rallo, Garamendi y compañía, pero en tiempos de incertidumbre, y sin que asomen en el horizonte ni la renta básica universal.

| etiquetas: ocio , paro , rojerío , clase trabajadora , erte , crisis , rallo

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