Hace dos semanas estaba yo consultando el servicio de noticias de Facebook en el lavabo asqueroso de un bar de Los Ángeles. Era por la tarde. Todo era normal, hasta que vi la imagen que había publicado un amigo. En la foto aparecía un niño palestino, de unos ocho años, tumbado en la cama de un hospital. Había perdido ambas piernas de la rodilla hacia abajo. Mientras le cortaban la piel que le colgaba con unas tijeras quirúrgicas, el muchacho se miraba las heridas horrorizado, consciente solo en parte de la situación.
|
etiquetas: gaza , palestina , conflicto , israel , guerra