Un operador de campo paga entorno a 20 céntimos el kilo de patata al agricultor. Los tubérculos se cargan en un camión que, en base al recorrido, tiene un coste de entre 2 y 4 céntimos por kilo. Su destino es el almacén donde las patatas se someten a una selección para ver cuáles valen y cuáles no. Las que no pasan el corte, se descuentan del precio pagado al agricultor. Las que sobreviven se clasifican, se lavan, se envasan y se montan en un camión (entre 5 y 3 céntimos) hasta el mayorista, minorista o la gran distribución. Al final...
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