Nadie podría acusar al psicoterapeuta James Caspian de ser un intolerante o de tener prejuicios contra las personas trans. Sus credenciales LGBT —esto es lesibanas, gais, bisexuales y transgénero— son impecables. Porque este hombre menudo, comedido y homosexual no sólo es miembro del consejo de la fundación caritativa transgénero Beaumont Trust, también ha dedicado más de una década de su vida a tratar a cientos de pacientes que querían cambiar su género.
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