La aportación fundamental del estudio es haber medido las probabilidades de que crezca la corrupción en función del incremento de la vivienda. Su principal conclusión: por cada 1% que suba el precio medio de la vivienda, la probabilidad de que haya corrupción se multiplica por cuatro. En concreto, un 3,9%. La 2ª conclusión tiene que ver con una consideración de carácter político: los gobiernos municipales que gozan de una mayoría absoluta "son más susceptibles de incurrir en corrupción".
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