Actualidad y sociedad
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Borrachos y malhablados, no suban al avión

Jorge fue expulsado de un avión en 2013 por hacerle notar a una azafata que le había hablado de mala manera. Dos años antes, Lorena se quedó en tierra porque la aerolínea no aceptó el certificado médico que aseguraba que podía volar pese a su avanzado estado de embarazo. Ambos nombres son ficticios, pero sus historias son reales: al igual que comercios y restaurantes, las aerolíneas también se reservan el derecho de admisión. La gran diferencia es que los usuarios aceptan por defecto las condiciones de transporte de cada compañía con la compra

| etiquetas: aerolineas , admisión

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