Alibaba es uno de los gigantes tecnológicos globales. Pero en su primer año de actividad con filial española, el ejercicio 2017, su negocio fue minúsculo. Y lo fue gracias a una estructura fiscal con sede en Singapur. Con ella, el impuesto de sociedades pagado apenas supuso 20.000 euros. La sociedad también declaró un volumen mínimo de ingresos: algo más de 800.000 euros, que no representan su facturación total.
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