El mundo sigue más allá de Bielorrusia. Y lo que sigue es más de lo mismo: Occidente se resiste a perder su hegemonía, enreda donde puede y hace lo que puede, sea en Bielorrusia o en Líbano o en donde sea. Pero alguien, el algún lugar, va estrechando poco a poco el cerco. Porque si pensamos en Occidente como un monstruo cuya cabeza es EEUU, vamos bien. Pero tanto la cabeza como el cuerpo del monstruo cada vez son más pequeños.
|
etiquetas: geopolítica , análisis , occidente , crisis , amenazas