Aparentemente, las condiciones de encierro a las que está sometido Guzmán Loera son muy diferentes a las que estaba acostumbrado en sus épocas como reo en suelo azteca. Allá, en Estados Unidos está en aislamiento total, no puede comunicarse con otros presos, sólo tiene una hora al día fuera de su celda (la cual ocupa para hacer ejercicio) y la constante iluminación no deja que pueda echarse una siesta como dios manda. Por si fuera poco, en todo el tiempo que lleva encerrado sólo ha podido recibir visitas en dos ocasiones.
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