Considera probado que la mujer apuñaló al menos en una ocasión a Roberto Colina, de 62 años, y que después descuartizó el cuerpo para deshacerse de los restos. «Fue desechada como basura», asegura en el escrito. Por el contrario, considera que no hay pruebas que demuestren que la acusada estaba siendo víctima de una agresión cuando se produjeron los hechos, y por eso no ha aceptado los atenuantes de consumo de cocaína o de defensa propia que solicitaban sus abogados.
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