El hijo del torero Ortega Cano, José Fernando, fue condenado a 31 días de trabajos en beneficio de la comunidad (TBC) el pasado abril por conducir sin carné. Hector Barberá, piloto de motos GP, también cuenta en sus antecedentes penales con una condena de seis meses, conmutable por trabajos sociales, por haber agredido a su novia. Son sólo dos nombres, aunque con brillo de papel cuché, entre los casi 100.000 ciudadanos a quienes se impone cada año este tipo de penas que se pretenden ejemplares.
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