A estas alturas, ya sabemos que los magos son tipos que nos hacen ver cosas que en realidad no han sucedido. Ese es su arte, y no me canso de aplaudirlos en el estupendo festival de magia que se celebra en León todos los años: porque me gusta que me engañen con gracia. Porque me gusta que me hagan creer en lo que en realidad no ha sucedido. Porque aún sé suspender por unas horas el sentido crítico y aceptar como ciertas las cosas que sé que ni son verdad ni lo pretenden. A esa categoría entiendo que pertenece la novela …