Una de las principales ventajas de la megaconstelación Starlink es su robustez y ominipresencia: sus 6220 satélites en órbita la hacen invulnerable ante ataques antisatélite (ASAT). Puedes derribar 1, 10 o 100, pero eso no afecta para nada al conjunto. Y puedes cubrir casi cualquier zona del mundo en todo momento. Por eso, y especialmente tras su uso en la guerra de Ucrania, el Pentágono quiere tener su propia megaconstelación militar. Pero hace 2 años SpaceX ofreció al Departamento de Defensa una alternativa, la megaconstelación Starshield.