Dice que le regalé una estrella,
dice que fue en el puerto,
una noche de domingo,
cuando empezábamos a salir.
Yo no recuerdo nada,
la verdad,
hace media vida de eso.
Pero vete tú a saber.
Bien mirado,
puede que hasta sea cierto:
veinte años,
tonto perdido de amor,
y sin un duro en el bolsillo…
Qué otra cosa les vas a regalar.
Karmelo C. Iribarren