Llevamos cometiendo
los mismos errores
desde el origen remoto
de la especie.
No parece haber
remedio para esto:
ni humano,
ni divino.
Y me pregunto,
si la única solución posible,
no estará precisamente ahí,
en seguir cometiéndolos
hasta sus últimas consecuencias,
en tensar esta locura
hasta más allá del límite,
hasta que desaparezcamos todos
de la faz de la tierra,
en un festín brutal
de sangre y semen
de una maldita vez y para siempre.
Karmelo C. Iribarren, "Seguro que esta historia te suena"