La democracia de Harris es la democracia de los mercados y del liberalismo que tiende la mano a Netanyahu, y no de manera figurada. El propio movimiento negro de los EE. UU. ha señalado, reiteradamente, a Kamala Harris, aliada del lobby sionista AIPAC, como parte del statu quo de la supremacía blanca norteamericana. La izquierda que se deja seducir por el imperio que sonríe, ya sea en los labios de Kamala Harris o de cualquier otro, es una izquierda que ya ha claudicado, sometida a la política del mal menor.