Israel es un apéndice de EEUU, no una gran potencia militar autónoma. La idea de que es «la mayor potencia militar de la región» es una construcción propagandística sin ningún asidero real. Israel es, en Oriente Próximo, el Estado ficticio que pone las tropas que, si no existiera, tendría que desplegar EEUU. Al apoyar, financiar, armar y, de cualquier forma, sostener la existencia de un Estado ficticio, lo que EEUU hace es sostener y defender a su principal portaaviones terrestre en la región del petróleo y del gas.