Ahora que el segundo estado de alarma ha vuelto tan golosa la nocturnidad, mi inspiración se ha refinado: Pedro Sánchez a las dos de la mañana en el coche oficial recorriendo Madrid cuando solo él puede hacerlo, botellas bonitas sobre el asiento y vasos biselados, una bandeja de sándwiches, la música de 'El reino' sonando a todo volumen, los escoltas muy serios le dicen a algún policía despistado quién va en el vehículo.
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