Un agente judicial traslada al contable de un mafioso para que testifique en su contra en una avioneta pilotada por un asesino a sueldo cuya misión es matarlos. Este es el simple y previsible argumento. Pero dirige Mel Gibson, ganador del Óscar y el Globo de oro por Braveheart y nominado por Hasta el último hombre, y también nominado al Globo de Oro por Apocalypto. Y piensas, coño, seguro que ha hecho algo original, que ha tirado de talento, que el guion tiene giros interesantes, con personajes con aristas y buenas interpretaciones. Pues no...