Los japoneses son famosos por sus modales y amabilidad, pero este suceso muestra hasta dónde puede llegar esa cortesía. Recientemente, un ‘caballero muy educado‘ entró en una tienda de alimentación y le preguntó al propietario si podía robar y, al ser rechazado, se fue tranquilamente, y luego se entregó a la policía.
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