Cada día que pasa aumentan las críticas, tanto de usuarios como de responsables de muchos estudios, hacia esta polémica fórmula para combatir a la piratería, un sistema que acaba castigando a quienes sustentan la industria: los jugadores que compran copias legales. No seré yo quien entre a valorar qué política es en última instancia la más efectiva para la cuenta de resultados de una gran empresa, pero aquello de que la avaricia puede llegar a romper el saco, es algo que sabía hasta mi abuela.
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