Luis García (Madrid, 1966) compró este piso ubicado a escasos metros de la madrileña plaza de Santa Ana hace casi veinticinco años. Hoy podría parecer que le salió a un precio razonable, pero a la postre terminaría resultándole muy caro. Hay cincuenta viviendas. Todas están destinadas al alquiler turístico, excepto seis, donde viven lo que podríamos llamar familias. O personas.
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