Dice el refrán que “tres cosas haiche en Ourense que non hai no resto do mundo: a Ponte Romana, as Burgas e o Santo Cristo”. De estas tres, una, el Puente, se construyó por los romanos sobre el Miño para salvar las aguas del río, y otra, las Burgas, son unos manantiales de aguas termales que brotan a temperaturas cercanas a los 65 grados y que son curativas de las dermopatías.
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