«Es un actor famoso con muchos recursos, se pudo permitir una tecnología de inteligencia artificial que lo hacía indistinguible de Revilla. La señora estaba convencida al cien por cien de que hablaba con él. Mantenían los dos conversaciones sobre anchoas durante horas, pero en realidad al otro lado había un algoritmo con bigote», relata uno de los agentes encargados de la investigación.
|
etiquetas: revilla , brad pitt , ia , humor