A menudo, las personas que se emborrachan experimentan un latido cardiaco irregular o un "flutter" auricular, a veces denominado "síndrome del corazón de vacaciones", pero quienes beben cantidades más pequeñas de alcohol de manera regular también están en mayor riesgo de latidos cardiacos irregulares, según una revisión publicada este lunes en 'Journal of the American College of Cardiology'.
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