Investigaciones realizadas en el icónico sitio de Sterkfontein, en Sudáfrica, arrojaron resultados sorprendentes sobre la dieta de uno de los ancestros más antiguos del género humano: el Australopithecus. Este homínido, que vivió hace más de tres millones de años, basaba su alimentación en plantas y apenas consumía carne, si es que lo hacía. Este hallazgo no solo desafía las hipótesis tradicionales sobre la evolución temprana, sino que también invita a replantear cómo nuestros ancestros primitivos interactuaban con su entorno.