Las cosas se volvieron a enredar cuando Vox se quedó fuera de la Mesa del Congreso. El PP no le iba a ceder ningún puesto y Abascal ordenó dejar en la estacada la candidatura de Cuca Gamarra para presidir la Cámara. Esa crisis apuntaló la exigencia de estar en el Ejecutivo murciano. El PP ofreció dos consejerías a Vox —las de Fomento; y la de Seguridad, Interior y Emergencias, con rango de vicepresidencia—. Pero la extrema derecha seguía exigiendo Agricultura, como ha hecho en el resto de autonomías y ayuntamientos.
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